miércoles, 30 de agosto de 2017

RESEÑA


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VIAGGIATORI / VIAJEROS
Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala, Bogotá/Colombia. Editorial Alfaguara: Santillana Ediciones Generales, S.L, 2016. 375 páginas.
Por: María Salomé Foronda.


En el verano de 1950, Ricardo, un niño peruano de 15 años de edad, experimenta un conforme tormento de amor cuando conoce a Lily, una peruana que dice ser chilenita. Para Ricardo fue un recuerdo perdurable, aun así siendo ella la viva representación de la coquetería y lo pasajero y que con forme pasa el  tiempo y el contexto en la historia, se va deshilachando el verdadero rostro de la “niña mala”, sin dejar a un lado la ilusión de revivir aquel maravilloso verano extasiado por un amor adolescente.


Aunque esta novela no contiene la perfección de otros relatos que tratan el tema del amor, sí contiene la magia de atrapar al lector desde el inicio con un estilo narrativo bastante convencional y sencillo de leer independientemente del contexto del lector.
Cabe indicar que como es común,  Vargas  nunca se desliga de la oportunidad de mencionar e informar sobre el fondo histórico en que se desarrolla la historia, integrando memorias con las características evidentes de cada personaje.

Travesuras de una niña mala, es un libro de amor, comedia y tragedia a la misma vez, desarrollada en distintas épocas y excitantes ciudades como París, Londres, Madrid y Tokio.

 Personalmente, me gustó mucha el libro, debido al ritmo de la historia, el final y los saltos de escenarios que maneja el autor, sin dejar  a un lado esa inevitable tensión que se vive en cada capítulo con la desesperante situación, en la que Ricardo se pasa la vida y el tiempo, esperando, extrañando y pensado en Lily, que luego de unas páginas conocerá con el nombre de camarada Arlette, luego Mrs. Richardson y más tarde en Tokio, convertida en Kuriko, aparentemente su verdadero nombre.

 Este libro con los significantes encuentros y desencuentros entre Ricardo y la niña mala, me hizo sentirme indignada, molesta e incómoda en ocasiones, (sentimientos validos e intencionales de un escritor), igualmente identificada y con un sube y baja de pensamientos y críticas; en todo lo que iba leyendo el libro, con respecto, a ya una palabra que  definí como idealizada, que es el amor.  La descontextualización en la que Vargas pone al lector en base a la idea del amor, presentándolo como no tan puro y dulce como lo vemos, sino algo más amargo y trágico, es la característica más atrayente  hacia esta historia. Haciendo que Lily (nombre con el cual la identifiqué desde un inicio) se reconozca con una postura de “vampira emocional” o como se le llama callejeramente en Medellín, una “microondas”. 

“Hay días en que la recuerdo y me pregunto: ¿Qué estará haciendo? Hay noches en que la extraño y me pregunto: ¿Qué me estoy haciendo?”Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala, 2016.

Entre ellos dos se vive una experiencia de continua intriga y desesperación y por qué no, de risas. Y  alguien que sea como Ricardo, se identificaría desde un inicio.

Siempre se me ha hecho muy curioso como las personas reaccionamos en diversos aspectos ante el amor, esa persona que al inicio no  es más que una idealización. Así que esta historia resalta todas esas características de una persona enamorada, ligada a un sentimiento emocional con una chica (como lo dice en el libro) aventurera, inconformista, inquieta y pragmática, aceptando de forma casi que masoquista, el rechazo, la indiferencia o hasta en fugaces ocasiones, un correspondido amor.

No es un libro convencionalmente lleno de romanticismo y de cursilerías, yo lo definiría como una tragi-comedia de lo que es el verdadero rostro del amor.

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